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Amore Di Plastica

martes, 14/2/2023

Tomo prestado el título de la canción  “Amore Di Plastica “ de mi admirada Carmen Consoli para felicitaros este día de san Valentín.

Cierto es que no sé si celebráis esta anunciada jornada, a la que no se le puede negar su gran repercusión tanto en medios publicitarios como en la decoración “rojo corazón”, de muchos y diferentes comercios.

Quizá sea el gran auge e impacto que ha tenido en los últimos tiempos esta fecha, que ha logrado eclipsar otra efeméride celebrada también el 14 de febrero, el Día Mundial de la Energía, que se instituyó en 1949 con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia de hacer un uso responsable y eficiente de los recursos energéticos, promover energías limpias y renovables y facilitar el acceso a la energía a aquellas personas que carezcan de ella.

Tal vez no fue una casualidad que aquellos que nombran los significativos días las hicieran coincidir, convencidos de que el amor y la energía son fuerzas que mueven el mundo.

Acaso fueron estos factores suficientes para impulsar a John Wesley Hyatt a crear el primer polímero sintético en 1869. En aquella época la creciente popularidad del billar había puesto a prueba las reservas del marfil natural, ya que se necesitaba una gran cantidad para fabricar un juego completo. Para resolver este problema, una firma neoyorquina ofreció 10.000 dólares al que inventara un sustituto a este material, una recompensa que también animó sin duda a Hyatt a tratar la celulosa, derivada de la fibra de algodón, con alcanfor, y así descubrir un plástico que podía ser moldeado en distintas formas.  

Este invento supuso una gran revolución. Por primera vez el ser humano no estaba limitado por la naturaleza y podía crear nuevos materiales, tal como hizo Leo Baekeland en 1907 con el invento de la baquelita siendo el primer polímero fabricado de manera totalmente sintética.

Hyatt no ganó el premio, pero consiguió abrir el camino a un nuevo producto muy comercial que sería vital para el desarrollo de la industria de finales del XIX. A lo largo del siglo XX se popularizó el uso del plástico llegando a sustituir otros materiales tanto en el uso doméstico como industrial.

Muchos inventos y hechos históricos no habrían sido posible sin la ayuda de estos materiales.  Los plásticos hicieron posible el cine,  soportes de música,  ordenadores, teléfonos móviles, transportes … y la mayoría de los avances de la ciencia moderna. Sin los plásticos, muchos bienes y actividades esenciales que damos por sentado especialmente en medicina estarían fuera del alcance general. 

Los plásticos se han considerado uno de los materiales más útiles debido a su multitud de usos Son versátiles y ligeros, resistentes y seguros. Estas innegables ventajas son también la base de su problema, son baratos y sencillos de producir al tiempo que duran mucho.

No se puede ocultar el efecto pernicioso para el planeta y el impacto negativo que ha producido en el medioambiente, la salud o los animales añadido a   la masiva extracción de petróleo, inmensamente mayor que sus velocidades de generación.  Y sí. Contaminan y son grave problema.

Pero los materiales que usamos no son buenos o malos. No lo demonicemos. Somos nosotros, la sociedad, con su mal uso y abuso, con la acomodada actitud de “usar y tirar”  y su incorrecto depósito en entornos naturales, los que provocamos esos dañinos efectos.

Hoy día, la tecnología cambia y avanza para producir éstos con materias primas naturales como el almidón, un polímero natural obtenido del maíz, del trigo o de la patata y otros polímeros de origen bacteriano

Pero el verdadero cambio no está solo en fabricarlos con elementos más amables con el medio.  Debe ser un cambio de actitud, un cambio radical en nuestros hábitos y conductas. Poniendo amor y energía para hacerlo. Más allá de leyes y prohibiciones, acertadas, deben ser nuestros gestos y comportamientos los que provoquen esta verdadera transformación.

Desde los diferentes departamentos de Comunicación y Proyectos Educativos de PreZero es nuestra responsabilidad, deber y obligación informar, formar y transmitir a la sociedad cómo se debe actuar y porqué.

Pero más allá de las oportunas y acertadas campañas de concienciación escolar y las destinadas a la ciudadanía en general, debieran hablar de nosotros nuestros hábitos diarios en relación con el uso del plástico.  Primero, trabajando por la reducción, por ejemplo, llevando nuestro vaso para el café, nuestra cantimplora para el agua, nuestro táper para comer y las imprescindibles bolsas reutilizables para ir a la compra, planificada y preferentemente de consumo local y a granel.

Y finalmente y muy importante, cuando ya no se usan es imprescindible su reciclaje. Debemos no sólo promoverlo, sino hacerlo. Separar para reciclar, para que tengan una nueva vida, una nueva oportunidad de ser un recurso y no un residuo. Nuestros gestos tienen que delatarnos como agentes de cambio, pertenecientes a una gran organización que trabaja por y para el medioambiente, adquiriendo así el compromiso firme de cambiar actitudes a través de las nuestras con orgullo de pertenencia.

Tenemos un buen sistema de recogida y reciclaje.  Contamos con instalaciones de tratamiento a la vanguardia. Nuestro reto debe ser trabajar para aumentar los índices de recogida empezando por nuestro correcto depósito en el contenedor amarillo para nuestros envases plásticos, metálicos y brick. Creemos aún mayor conciencia a través del ejemplo y la imitación,

Pongamos toda la energía necesaria para hacer de esto un gesto de amor a nuestro entorno. Derrochemos amor y energía limpia en hacer cada día lo correcto por un mediamente más sostenible y cuidado.

¡Qué mejor forma que celebra san Valentín, haciendo de cada día el día mundial del amor y la energía!.

Feliz San Valentín.

Os dejo de regalo la canción. Disfrutadla¡

Mamen Allepuz, Educadora Ambiental, Prezero Murcia